A raíz de lo ocurrido con la invasión de carpinchos en Nordelta, muchas personas se cuestionaron si era factible  una convivencia con estos roedores. Es que hace más de 20 años, Nordelta una de las urbanizaciones más exclusivas de Argentina, era un humedal. La edificación de casas con jardines y parques en esta zona del Delta del Paraná en la que hoy viven cerca de 40.000 personas, alteró el hábitat de numerosas especies autóctonas, entre ellas los carpinchos.