Este lunes desde Ginebra el canciller de la República Argentina, Santiago Cafiero, expuso, como partícipe del Consejo de los Derechos Humanos de la ONU, la posición de nuestro país por primera vez con respecto a la invasión rusa en territorio ucraniano en la conferencia de desarme. Además, aprovechó el tema actual para buscar respuestas en relación con Las Islas Malvinas
Así fue como un miembro oficial del Gobierno manifestó la condena por parte de la República Argentina sobre el proceso de invasión, reconociendo por primera vez este término y atribuyéndoselo a la Federación de Rusia. Pidió, fiel a los principios más esenciales de la convivencia internacional, un llamado a Kremlin para que cese las acciones militares en Ucrania. “Que cesen las hostilidades, que detengan este proceso de invasión”, pronunció frente al Consejo y reiteró “la necesidad de pleno apego a todos los principios consagrados en la Carta de Naciones Unidas, sin ambigüedades ni dando permanencia a uno sobre otros con pleno acatamiento al derecho internacional a la soberanía de los Estados y su integridad territorial”.
Cafiero exigió “la solución pacífica de las controversias y el pleno y profundo respeto por los Derechos Humanos” e insistió que "no es legítimo recurrir al uso de la fuerza y violar la integridad territorial de otro Estado como forma de resolver un conflicto".
Además, el Canciller leyó un documento de más de treinta párrafos desde el hemiciclo del Consejo para transmitir la posición de la Argentina frente a la guerra en Ucrania; en paralelo repasó la tradición del país en materia de DDHH y su opción por el multilateralismo como principio rector de las relaciones internacionales.
En otro párrafo de su discurso, se refirió a algunos de los puntos de la controversia entre Rusia y la OTAN al destacar que "la comunidad internacional no tiene derecho a condenar la preocupación de ningún Estado sobre su seguridad" como tampoco "eventuales denuncias por el supuesto incumplimiento de acuerdos preexistentes".
El Ministro de Relaciones Internacionales no dejó pasar la oportunidad de expresarse ante la ONU y solicitó que el Reino Unido explique el transporte de armas nucleares durante la guerra de Las Malvinas. "El Reino Unido todavía les debe a la Argentina y al mundo la información sobre cuántos kilotones transportó exactamente al Atlántico Sur en 1982 y cuál fue el destino que le dio a ese material nuclear”, señaló Cafiero.
Y amplió: “Además de tratarse de una significativa cantidad, la mera presencia de esas armas implicó, no sólo para la Argentina sino para toda la región, un grave riesgo nuclear tanto en términos de contaminación radioactiva en el Atlántico Sur, como por las catastróficas consecuencias humanitarias asociadas al armamento nuclear”.
En esta línea, el jefe de la diplomacia argentina recordó que recientemente tomaron estado público documentos desclasificados en los Archivos Nacionales de Londres. “Prueban que, durante el conflicto del Atlántico Sur de 1982, el Reino Unido envió a la región buques equipados con 31 armas nucleares, lo que representaba en ese entonces el 65 por ciento de su stock de bombas nucleares de profundidad”.
El Canciller argentino, por otra parte, cuestionó el manejo diplomático del Reino Unido: “negó categóricamente poseer armas nucleares en la zona del conflicto del Atlántico Sur en el ámbito de Opanal y del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas". Seguidamente, señaló: "La Argentina repudia la falsedad de la información provista en su momento por el Reino Unido en dichos foros. Esa conducta es violatoria de la obligación de obrar de buena fe y demuestra la falta de garantías de transparencia acerca de la presencia de armas nucleares en el Atlántico Sur”.
Cafiero también aprovechó el marco de la ONU para ratificar el pedido de Argentina sobre la soberanía las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, un conflicto “que debe ser resuelto de forma pacífica y negociada”, aseguró, aunque remarcó que “esta situación se ve agravada por la presencia militar británica que contraviene la resolución 41/11 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que reconoce la región del Atlántico Sur como zona de paz y cooperación”.
Planteó que desde la recuperación de la democracia el país "construyó una política de Estado basada en el reclamo del diálogo en el marco de las resoluciones de la Naciones Unidas".
Tras la referencia a la usurpación británica en Malvinas, afirmó:"la Argentina no sólo adhirió y adhiere con entusiasmo al principio de integridad territorial" dado que, "como país de América Latina y el Caribe, sabe lo que es la mutilación de territorios y la intervención en los asuntos internos de otros países".