Bolsonaro salpicado por un escándalo de vacunas sobrefacturadas
Por Loic Paul Dugelay, 12:4 Hs. Lectura aprox.: 3 min.Tres senadores depositaron un pedido de investigación ante la Corte suprema, procedimiento que podría entrenar la destitución del presidente de la nación.
El mandato de Jair Bolsonaro manchado por un escándalo financiero. El lunes 28 de julio, tres senadores de la oposición pidieron a la Corte suprema abrir una investigación contra el jefe del estado por haber cerrado los ojos acerca de conocidas sospechas de irregularidades en compras de vacunas contra el Covid-19. Esta vez, se trata de un procedimiento grave que podría llevar directamente a la destitución del primer mandatario brasilero, aunque ese desenlace está juzgado como muy poco probable por parte de los analistas políticos locales.
« Deposité un pedido de apertura de investigación en la Corte suprema a causa de la grave denuncia según la cual el presidente de la república no tomó ningún tipo de medidas después de haber sido advertido de la existencia de una gigantesca red de corrupción en el seno del ministerio de salud », declaró en un video Randolfe Rodrigues, el vice presidente de una comisión de control del senado (CPI) sobre las « omisiones » del gobierno de Bolsonaro durante la pandemia. « La prevaricación es un delito contemplado por el código penal. »
Varias irregularidades
El pedido se apoya sobre el testimonio, el viernes, de un funcionario del ministerio de salud y de su hermano diputado los cuales hicieron el efecto e una bomba durante la audiencia ante la comisión. El funcionario, Luis Ricardo Miranda, responsable de las importaciones medicinales en el ministerio, recibió el 18 de marzo en su despacho una factura sospechosa de 45 millones de dólares por tres millones de dosis de la vacuna Covaxin del laboratorio indio Bharat Biotech.
Sin embargo, dos sucesos llamaron la atención de Miranda quien se rehusó a dar la autorización de pago de dicha factura. Primero ninguna vacuna había sido entregada y segundo la Covaxin no había recibido la homologación de las autoridades sanitarias. Además, el contrato, de un monto de 300 millones de dólares, no mencionaba en ningún lugar Madison Biotech, la empresa originaria de Singapur al origen de la factura y que parecía ser una empresa pantalla.
Una transacción aún más sorprendente tomando en cuenta que el presidente había rechazado ofertas para otras vacunas más baratas y más eficientes.
Según el diario O Estado de Sao Paulo, inicialmente, Bharat Biotech propuso la vacuna por un precio de 1,34 dólar por dosis. Sin embargo, Brasil aceptó pagar 15 dólares, más que por cualquier otra vacuna que hayan comprado.
Un asunto escondido
Miranda sigue contando que, después de negarse en pagar la factura exorbitante, recibió llamadas de parte de varios de sus superiores presionándolo de una forma que calificó de “atípica y excesiva” para que apruebe la transacción.
Otras irregularidades en el acuerdo entre el gobierno y Bharat Biotech salieron a la superficie a tal punto que finalmente las autoridades decidieron cancelar el contrato. Miranda había compartido inmediatamente sus inquietudes con su hermano diputado y partidario de Jair Bolsonaro. Se habrían encontrado entonces con el presidente el 20 de marzo en Brasilia.
Según declararon los hermanos frente el CPI, el presidente les habría asegurado que iba a transmitir el asunto a la policía federal. Aparentemente, nunca lo hizo, lo que llevó los senadores a pedir el lunes la apertura de una investigación. El diputado Luis Mirando agregó que durante el encuentro Bolsonaro expresó su preocupación en cuanto al impacto político del asunto y compartió sus sospechas sobre un potencial responsable, Ricardo Barros, ex ministro de salud.
La promesa de erradicar la corrupción
Barros negó cualquier tipo de malversación, al instar del presidente, sosteniendo que el contrato finalmente fue cancelado y acusando los hermanos Miranda de liderar una campaña de denigración en su contra.
“Es la primera gran bomba” revelada después de dos meses de investigación de parte de la CPI, declaró Geraldo Monteiro, politólogo de la Universidad de Rio de Janeiro, a la agencia de prensa francesa AFP.
El principal problema para Bolsonaro ahora, cuya popularidad registra una fuerte caída, es el caso Barros. Si lo está protegiendo, el presidente destruiría su programa anticorrupción que le permitió ganar las elecciones en el 2018. Si lo abandona, corre riesgo de romper su alianza con el “Centrao”, grupo heterogéneo de partidos de conservadores que le permitieron impedir la progresión parlamentario de más de 100 peticiones de destitución en su contra.