A solas con Cecilia Figaredo
Por Martina Pera, 3:06 Hs. Lectura aprox.: 3 min.
La intérprete de danza clásica estuvo con IsecPost y habló de sus inicios en la danza y de lo que representa en su vida.
Las siluetas de las alumnas de primer año se intercalaban con sus propios reflejos en las paredes de espejos; los pares de zapatos negros, rosas y blancos golpeaban de forma delicada el brillante piso del estudio al compas de la música clásica y los firmes aplausos de la figura que más se destacaba en el lugar: Cecilia Figaredo.
"Primera, quinta, primera, quinta y soussus", indicaba Cecilia caminando entre los bailarines. En sus palabras y sus demostraciones se podían ver sus tres décadas de experiencia en la danza clásica; desde sus comienzos en la Escuela Nacional de Danzas N°2 hasta sus inicios en el Teatro Colón.
Fue gracias a su pasión y su larga trayectoria, aprendiendo del mismísimo Julio Bocca y participando en proyectos junto con bailarines como Hernán Piquín, que hoy Cecilia es parte de la Fundación Julio Bocca y se encuentra dando la clase para los alumnos de la carrera de Interpretación de Danza que ofrecen el Isec junto con la Fundación.
-¿Qué es lo que más recordás de tus inicios en la danza?
Lo que más recuerdo fue mi paso por la Escuela Nacional de Danzas que fue donde primero empecé. Creo que son los recuerdos más tiernos que tengo; mismo recuerdo que tuve una directora que era una maravilla, era como una mamá para mi. Después todo mi estudio en el Colón que fue muy tenso, muy determinante para darme cuenta que de lo que quería era ser bailarina.
-Y ahora que te toca estar del otro lado, ¿Qué se siente transmitir tus conocimientos y experiencia a otros?
A mi me encanta, ser maestra de ballet es algo que me llena tanto como el ser intérprete, haber sido bailarina profesional. Para mí poder transmitir a los chicos todo ese conocimiento que adquirí con los años, junto con la experiencia me da mucha satisfacción; sobre todo cuando tenés grupos que te escuchan. Es algo muy satisfactorio, tanto como bailar.
-¿Qué es la danza en tu vida?
Es justamente eso, mi vida, mi pasión. Desde muy chiquita lo sabía, tenía muy en claro que quería ser bailarina. Y fue así como terminó siendo mi vida entera.
-¿Crees que hoy el panorama de la danza en nuestro país es distinto que hace años atrás?
Si fue cambiando, en algunas cosas para mejor y en otras a mi modo de ver no tanto. Me gustaría que hubiera muchas más posibilidades, compañías de danza, donde los chicos puedan experimentar y aprender esta profesión desde el escenario. Eso con los años se ha ido achicando, ya no hay tantas compañías como antes; hay muchas compañías independientes pero es muy difícil sostenerlas en la Argentina. Eso es lo que ha cambiado; en mi época había más lugar. Y por otro lado tuvo una evolución dentro de lo que es el estudio que -para mi- es muy positivo, que es que las bailarinas clásicas también estudian y bailan contemporáneo moderno, jazz. Eso en mi época no existía, las que hacíamos clásico hacíamos clásico y los que hacían contemporáneo contemporáneo. Ahora está más fusionado y eso es una brecha que se abrió y que a mi me encanta.
-¿Qué le dirías a los chicos y chicas que están pensando en elegir la danza como su vocación de vida?
Disciplina y estudio, como para cualquier carrera en verdad; cuanto más estudies más capacitado vas a estar y más vas a entender de qué se trata; por ejemplo en el caso de la danza, del trabajo y del cuerpo y cuán satisfactorio es a través de los años ver tu propia evolución, y eso se logra sobre todo con disciplina y estudio. Creo que con eso no hay falla.