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Aborto legal, un derecho y una deuda

Por Elisabeth Bosco, 15:26 Hs. Lectura aprox.: 3 min.
24 November 2020

Cuando el Presidente, Alberto Fernández, informó en sus redes que había enviado el proyecto de despenalización del aborto al Congreso, volvió a surgir el debate entre los provida y los proaborto, quienes se vieron enfrentados en 2018 cuando se envió el mismo durante el Gobierno de Mauricio Macri.

Se habla de deuda porque en las elecciones de 2019, parte de la campaña del gobierno electo era enviar el proyecto de Aborto Legal, Seguro y Gratuito al Congreso nuevamente, ayudando a la lucha de miles y miles de feministas que siguen reclamando bajo el lema de “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”. Con el coronavirus, la presentación del proyecto se vio aplazada para tratar la pandemia en su pico máximo, porque era un tema más urgente, lo cual nadie duda, pero mientras, los abortos clandestinos siguieron sucediendo y las mujeres siguieron muriendo. La urgencia ya pasó, es hora de que se trate este tema de una vez por todas.

Lo que pedimos es tener educación sexual en las escuelas, que si bien es ley no siempre se cumple en todas de forma completa sino a modo de clases aisladas en las que apenas y entran en detalle en el tema, para que se informe a todos, los métodos de anticoncepción disponibles, cómo funciona, que enfermedades hay y como prevenirlas, etc. Esta petición se hace porque no todos tienen la posibilidad de informarse por iniciativa propia, no todos tienen acceso a internet y no todos tienen a alguien que les de una charla para que sepan lo necesario.

Se piden anticonceptivos para no abortar, que sean de fácil acceso porque no todas pueden comprarlos y aborto legal para no morir, porque aquellas que tienen dinero pueden acceder a abortos seguros, pero quienes no pueden costear el precio de la seguridad de su propia salud, recurren a abortos clandestinos, poco seguros y en numerosas ocasiones, fatales.

Hablamos de deuda, porque esas mujeres quedan desamparadas en la sociedad pero si sobreviven a tal práctica, se ven juzgadas penalmente por ello por haber decidido sobre su propio cuerpo y sobre sus vidas.

Es un derecho que se nos viene negando en una sociedad machista que se ampara en las creencias religiosas para negar el derecho de la mujer de decidir sobre su propia vida y sobre su propio cuerpo.

El debate no es “Aborto si o aborto no”, el debate real es si van a permitir que se sigan realizando en la clandestinidad o si el sistema de salud va a hacerse cargo de los mismos. En caso de que se legalice, no significa que todo el mundo va a ir a hacerse un aborto, o que se va a obligar a que se lo hagan, o que , como se dijo en el debate de 2018, lo utilizarán como método anticonceptivo. El aborto no es una experiencia agradable ni una decisión fácil de tomar, si se logra la legalización del mismo, solo se está asegurando que todas aquellas que lo necesiten, lo hagan de forma segura y sobrevivan a la práctica, no solo quienes pueden pagarlo, disminuyendo a la vez las muertes de las personas gestantes. También se le da la opción, a toda niña, adolescente y adulta, de decidir cómo y cuándo va a tener hijos, si es que así lo desea.

También se argumentó que los médicos que no quería practicar abortos porque iba en contra de lo que ellos creían iban a verse obligados en caso de que el proyecto anterior se aprobara. El nuevo proyecto que fue enviado recientemente, contempla esta “objeción de conciencia” pero obliga al médico a derivar a la paciente a otro profesional que realice el procedimiento y garantizar las medidas para que sea realizado.

A los “provida”, bajo el lema “salvemos las dos vidas”, no les interesa realmente salvar a las dos vidas, les interesa seguir decidiendo sobre el cuerpo de la mujer mientras se defienden con argumentos poco coherentes y arcaicos.

Ojalá que quienes voten en el Congreso, esta vez por lo menos no se opongan por el simple hecho de oponerse, que respeten y entiendan la seriedad del mismo y no digan, como ocurrió la última vez, “No leí el proyecto pero votó en contra”. Espero, que entiendan la deuda enorme que tienen con las niñas, adolescente y mujeres de su país. Espero, que sea ley.

Foto retrato de Elisabeth Bosco

Por:

Elisabeth Bosco

Estudiante de Periodismo

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